La fresa: La fruta más dulce de todas

Las fresas son una fruta deliciosa y nutritiva que se cultiva desde hace siglos. Estas fresas son conocidas por su sabor y aroma inconfundibles, lo que las convierte en una opción popular para postres, mermeladas y otros dulces.
Egipto tiene una larga historia de cultivo de fresas, que se remonta a la antigüedad. De hecho, se cree que los antiguos egipcios utilizaban las fresas con fines medicinales e incluso las ofrecían a sus dioses como símbolo de perfección.
Una de las características únicas de las fresas egipcias es su perfil de sabor. Tienen un sabor dulce y ácido ligeramente diferente al de otras variedades de fresas. Este sabor se debe a la combinación específica de suelo, agua y condiciones climáticas que se dan en Egipto.

El hecho de que las fresas congeladas tengan un periodo de conservación prolongado, de hasta 24 meses, las convierte en una opción perfecta para que los clientes las importen. Así, no hay posibilidad de que las fresas se pudran o se dañen.
A lo largo de los años, la producción de fresas egipcias no ha dejado de aumentar, gracias a la actualización de los métodos de cultivo para elevar el rendimiento y la calidad. Como resultado, han aumentado las exportaciones a países de todo el mundo, en especial de Europa, Asia y Oriente Próximo. Egipto está considerado el cuarto productor mundial de fresas.
Según los estudios, Egipto exporta anualmente unas 215.000 toneladas, lo que representa el 6% de sus exportaciones totales.
Con días cálidos y noches frescas, el clima de Egipto es perfecto para el cultivo de fresas, que prosperan en el entorno adecuado. En la zona del delta del Nilo, donde el suelo fértil y el abundante suministro de agua propician unas circunstancias de crecimiento perfectas, suelen cultivarse fresas egipcias. Las fresas suelen recogerse en Egipto de diciembre a abril, siendo marzo el mes de mayor producción.